Queridos electores:
Es frecuente escuchar o leer a un representante político hablando bien de sus conciudadanos ¿verdad? “Pues claro, para eso estáis” pensarán algunos. Y no les falta razón. Lo que pasa es que unos lo tenemos mucho más fácil que otros. Y los tricantinos lo ponen muy fácil.
Veréis: en los años que lleva uno teniendo el placer y el honor de trabajar para este municipio, si algo me ha hecho siempre sentirme orgulloso ha sido el carácter solidario de Tres Cantos. Y ese altruismo se ha manifestado muy especialmente en estos últimos años.
A los vecinos les faltó tiempo para echar una mano cuando un virus desconocido y letal nos dejó aislados y asustados. El miedo y la incertidumbre que lógicamente sentimos todos no les impidió ayudar al prójimo. Luego nos sitió la borrasca Filomena y de nuevo se demostró esa solidaridad tricantina. Y más recientemente, el espíritu generoso de esta ciudad llegó a la isla de La Palma, a Ucrania, a Turquía y a Siria, como llega a las familias saharauis desde hace muchos años, y a cualquier parte de España y del mundo que nos necesite.
Ayer pude compartir un rato con quienes son el motor principal de esa marca Tres Cantos Solidario, que acudieron puntualmente a un encuentro de entidades de voluntariado para darse a conocer y divulgar sus proyectos. Sería justo citarlas a todas una a una pero, por suerte, son tantas que necesitaría mucho más espacio del que ocupa esta pequeña reseña diaria. Lo que sí puedo aseguraros es que es difícil encontrar un objetivo solidario que no cubran entre todas. Y todas, como los voluntarios que colaboran en ellas, comparten algo: ayudar desinteresadamente a personas, no importa de qué edad, género, origen, creencia o condición sean. Allí donde hay una necesidad de apoyo y cariño, acuden llevando la generosidad de los vecinos.
No podría haber mejores embajadores. Gracias a todos, de corazón.
Hacéis muy grande a Tres Cantos.