El espejo cóncavo

A principios del siglo XX el mundo vivía una etapa de decadencia, descontento, precariedad y guerra. Cien años después sigue vigente la exageración grotesca de la realidad que aportó Valle-Inclán a través del esperpento.

Los espejos de El callejón del Gato, con el protagonismo de Max Estrella, el poeta ciego y acabado de Luces de Bohemia, reflejaban la metáfora de una España como expresión deformada de la civilización europea. Hoy vivo con perplejidad esa expresión de irrealidad que nos rodea en política.

Quizás tenga que reconocer, en primer lugar, mi incapacidad para entender lo que representan el conjunto de formaciones que se encuentran a la izquierda del Partido Socialista. No sólo cuesta saber lo que son o de dónde vienen, cuesta entender qué piensan.

Sabemos que en Tres Cantos se va a poner en marcha un experimento que nace herido. Tres formaciones presentaron en rueda de prensa una coalición de la que se descolgó Podemos, unos días después, subsidiario de las indicaciones de su dirección; se descuelga porque así se lo dice la superioridad que anda a tortas con el Gobierno de Pedro Sánchez y con la nueva líder del proyecto Sumar al que se acoge Más Madrid.

No sabemos si el proyecto viene avalado por ideas comunes o por un objetivo compartido que les dé sentido. Lo que sí hacen es simplificarnos la comprensión de lo que son: el dolor de cabeza de cualquier Gobierno (que se lo pregunten a Pedro Sánchez), la expresión de los egos personales de líderes agotados por su propia intransigencia, los autores de leyes que han logrado lo contrario de lo que perseguían y que han generado, a la hora de escribir estas palabras, reducciones de pena a 1.000 delincuentes sexuales. Es inmoral e indecente.

Debemos superar el odio con la determinación del sentido común, con reflexión y con inteligencia. Tres Cantos se enfrenta al mayor reto de desarrollo de su joven historia. No prestemos oídos a las apocalípticas voces que gritan anunciando el fin del mundo.

Esperemos que el destino nos libre de tener a mandatarios que cuando defienden a la mujer, sacan a delincuentes a la calle que antes las agredieron. Siempre consiguen lo contrario de lo que buscan.