Nos enriquecen los matices

Dicen de la política municipal que es aquella que está más cerca de las personas. Es posible que la expresión haya perdido con tanto uso toda la potencia de su verdad.

Los políticos estamos llamados no solo a poner toda nuestra dedicación y conocimiento, tenemos la obligación de ser ejemplares, empáticos y cercanos. Si queremos ser gestores eficientes de todo lo público debemos anteponer el interés general a los intereses particulares. Conocer lo que los vecinos necesitan y demandan. Para ello, debemos ser permeables a la crítica como un proceso de criba en el que aceptar que todo es susceptible de ser mejorado y escuchar con atención lo que nos tienen que decir.

Desde que inicié mi andadura en el Ayuntamiento de Tres Cantos siempre he recibido a quienes han querido trasladarme inquietudes, descontentos o necesidades que, a veces, venían exigidas por la urgencia. Hoy más que nunca, visito las comunidades de propietarios, abro la puerta de mi despacho todos los miércoles y cuando es necesario, acudo a los comercios, a las empresas, recorro la ciudad a pie y me paro a escuchar la voz de quienes me piden soluciones.

Creo que la política debe construirse con la franqueza y la honestidad en un debate permanente en el que todo se puede aceptar si impera el respeto. Nada es blanco o negro: en los matices está nuestra riqueza y la capacidad de ser permeables a las ideas que deben adaptase siempre a los nuevos tiempos.  Debemos ampliar la mirada hacia muchos horizontes.

Todo cambia. Y también deberían cambiar nuestras convicciones cuando la realidad nos advierte de que aquello que creíamos sólido ha evolucionado para ser mejor. La fortaleza no reside en el orgullo, sino en la aptitud de entender a los demás. Aunque al final siempre habrá que decidir, lo importante es hacerlo con todas las herramientas del entendimiento.