Voluntad y entendimiento

Pronto celebraremos un nuevo proceso electoral que determinará el futuro de nuestra ciudad. Será el tiempo de balances, de explicaciones, de propuestas y de proyectos. Sobre el escenario de una democracia atrincherada en el enfrentamiento, se nos otorga la capacidad de decidir con nuestro voto a quienes nos deben representar en los ayuntamientos.

Todos formamos parte de un sistema en el que lo inmediato se convierte en la esencia de las decisiones. Esa distancia que separa a los políticos y a los ciudadanos ha provocado desidia, desapego, una especie de sospecha permanente de la que no podemos esconder nuestras propias responsabilidades.

Con la llegada de los procesos electorales reactivamos la capacidad de ejercer nuestra soberanía por medio de la democracia representativa. En nuestras manos está la voluntad de hacer las cosas y la capacidad de realizar lo necesario para que seamos auténticos propietarios de nuestro destino.

Tenemos que trasladar a las nuevas generaciones que su opinión es importante y su voto, sea cual sea, es necesario; que el futuro se construye a cada instante y que el bien común se logra desde el esfuerzo, el entendimiento y la comprensión.

Hemos vivido tiempos difíciles que hemos superado con el trabajo hecho hombro con hombro. Es por ello por lo que apelo a un modo de entablar las relaciones entre los políticos y los vecinos, una manera basada en la cercanía, un lugar donde sentarnos para conversar…o a colaborar, cuando es necesario, como ha ocurrido con el emotivo ejemplo de solidaridad con Siria y Turquía.

La discrepancia es buena: ofrece perspectivas diferentes y nos obliga a buscar espacios comunes. Pero nos sobra ruido. Quizás sea el momento de abrazar al que piensa diferente para caminar juntos y dar la espalda a quienes gritan enfangando todo lo que tocan.